"Extraordinaria en su penetrante intimidad y lacerante en su tristeza, Jackie es un retrato noblemente crudo sobre una icónica primera dama de los Estados Unidos, tambaleándose en la tragedia al mismo tiempo que evoca la valentía necesaria para hacer que la muerte de su esposo sea significativa, y asegurar su propia supervivencia".
Es el primer párrafo de la crítica del The Hollywood Reporter, una de las más reputadas publicaciones en la Meca del cine norteamericano. Una frase que engloba todos los elementos necesarios para entender la última película de Pablo Larraín a quien felicita por su "audaz debut en lengua inglesa", y con la que coinciden gran parte de los analistas cinematográficos.
CRUDEZA
Jackie, protagonizada por Natalie Portman, narra los cuatro días posteriores al magnicidio de John F. Kennedy. Pero ya desde la primera escena se nos advierte de que no será una narración cronológica. Larraín nos invita a entrar en el mundo de la primera dama junto al periodista que la entrevistó tras la muerte de su esposo, y articula la historia en torno a esta conversación.
Mediante flashbacks, nos muestra cómo capitaneó el funeral de su esposo, tomando el de Abraham Lincoln como referencia; al mismo tiempo que salpica el relato de recuerdos con el presidente vivo. Imágenes que ordenamos a la salida del cine y comparamos con lo que Jacqueline cuenta al periodista, pero que no deja que publique; obligándonos a configurar una opinión propia de la primera dama.
El entonces presidente de Estados Unidos fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, cuando circulaba en un descapotable de visita oficial en Dallas. Sentado a su lado iba su esposa, Jacqueline. Jackie. La mujer con el vestido de rosa manchado en sangre. Los ojos que cuentan la historia de Larraín. "¿Qué está intentando hacer esta película?", se pregunta Boston Globe, "simplemente, dramatiza todo lo que pasa en el interior de una mujer que es al mismo tiempo marginada y venerada".
ICÓNICA PRIMERA DAMA
“Fue la más observada, la más juzgada y, en cambio, el ser humano más privado de la historia. Nadie sabe qué ocurrió de puertas adentro, y ahora vamos a meter ahí la cámara”, señaló el propio director al diario El País.
El resultado, un "estudio del personaje tan complejo y sorprendente como cualquiera", apunta Consequence of Sound, pues Jackie no es una narración de hechos, sino una vivencia. La de una esposa que arrastra su dolor al mismo tiempo que construye el mito de un presidente y trata de comprender en qué punto queda ella, con sus pertenencias empacadas y dos niños pequeños que preguntan por su padre.
"Un hecho aún más impresionante", continúa la crítica de Consequence of Sound, "cuando recuerdas que esta mujer en cuestión ha sido convertida en una muñeca de colección". Un maniquí, como el mismo cineasta insinúa.
La enigmática Jacqueline Kennedy, bautizada por Frank Sinatra como "la reina de América", no sólo fue ícono de la moda, sino la primera dama más querida del siglo XX. O al menos lo fue, dado su hermetismo, hasta después de su muerte con 64 años debido a un cáncer, cuando se reveló una grabación secreta donde se muestra su carácter algo más arisco, frío y calculador.
Un mundo de apariencias del que no se olvida Larraín "con sus épicas visiones del funeral", como señala Time Out New York, para quien "el impacto final de la película es deslumbrantemente intelectual: de la misma forma en que el propio JFK convirtió la política en una creación de imágenes, su mujer continuó ese trabajo cuando nadie más pudo".
INTIMIDAD Y TRISTEZA
La televisión trasmitió y cubrió el asesinato del presidente con una intensidad que no volvería a repetirse hasta el 11S. Horas de material grabado en la memoria colectiva. Imágenes icónicas como la salida de Jacqueline Kennedy por la parte de atrás del auto o su gestión del funeral sin soltar las manos a sus dos hijos. Postales que la fueron convirtiendo en un símbolo de fortaleza para un país sin presidente.
Pero frente a esa impresión de baluarte, Larraín muestra "una exhausta y enfrentada Jackie mientras trata de desentrañar su propia circunstancia, su propio legado, y quizás, lo más difícil de todo, su propia pena de una tragedia compartida por millones", analiza Variety.
La película "podría ser", dice Washington Post, una "meditación" sobre la creación de mitos políticos, pero "en manos de Larraín y Portman se convierte en algo mucho más profundo y emocionalmente más potente".
Un film "imposible de olvidar", dice Rolling Stones Magazine, que se ha llenado de halagos internacionales, ya que "no es una trampa para un Oscar", afirma The Guardian, sino que "es buen cine". Un guión que llevaba en la Black List desde 2010, la lista de los mejores textos aún no producidos, y que Larraín, publica de Entertainment Weekly, "logra hacer algo que la historia casi nunca consigue: nos sorprende".
Trailer Jackie
Trailer Jackie
Revisa el trailer oficial de la película.
El guión de Noah Oppenheim iba a ser dirigido por el mismísimo Steven Spielberg. Pero al ganador de tres premios Oscar se le pasó el tiempo y los derechos fueron adquiridos por Darren Aronofsky, a quien también se le escapó su momento. El director de Cisne Negro y Réquiem por un sueño decidió, entonces, ofrecer el trabajo a Larraín, y no se equivocó.
La combinación Portman-Oppenheim-Aronofsky-Larraín le ha supuesto al ganador de un Oso de Plata por El Club un impulso definitivo en Hollywood y en Europa. Para la revista Variety, una de las más influyentes en la industria estadounidense y que ya eligió al chileno como director internacional del año, “tras esta película, el estatus de Pablo Larraín como el más prodigioso y atrevido cineasta político de su generación permanece imperturbable”.
En el Viejo Continente, la publicación Cahiers du Cinema, antigua y prestigiosas del séptimo arte, le dedicó su portada de febrero. Tan solo un chileno había corrido esa suerte hasta la fecha: Raúl Ruiz en 1983.
No deja de sorprender, sin embargo, que un director no estadounidense cuente una historia tan enraizada en el pueblo norteamericano. El productor de la cinta y hermano del director Juan de Dios Larraín, conversó con 24horas.cl y se refirió al desafío.
JUAN DE DIOS LARRAÍN: Creo que si la película hubiese sido hecha por un cineasta norteamericano le habría costado tomar más distancia, porque es algo que tienen muy metido en el ADN. Cuando aparece un director de fuera, sin un compromiso directo, es capaz de tomar distancia y mirar. Es el trabajo que hizo Pablo y todo el equipo de franceses con los que hicimos la película.
-¿Cómo fue el rodaje?
JUAN DE DIOS LARRAÍN: Filmamos 23 días en París y 10 días en Washington. En París filmamos en estudio. Hicimos una réplica de la Casa Blanca, recreamos una buena parte del segundo piso y los salones más importantes del primero, incluyendo el Salón Oval. En Washington rodamos los exteriores; es decir, básicamente el funeral.
-¿La presión estuvo dada por el tiempo?
JUAN DE DIOS LARRAÍN: En películas de este tipo, la presión la da el tiempo y el presupuesto. Hay que elegir dónde poner la energía, dónde poner los recursos. Eso siempre es complejo. Hay que tener información, pero también confiar en la intuición a partir de la historia que se quiere contar. En ese sentido, con Pablo hemos hecho un buen equipo. Esta es la séptima película juntos. Yo como productor entiendo bien cómo funciona él, y viceversa.
-Pablo señaló que sabía poco del personaje antes de rodar la película, y ese misterio era, precisamente, el mayor desafío. ¿Cómo se abordó?
JUAN DE DIOS LARRAÍN: (Jacquiline Kennedy) es una de las desconocidas más conocidas del siglo XX. Se sabe mucho de su vida pública, pero muy poco de su vida privada. Si bien fue la mujer más fotografiada del siglo XX, no fue la que más habló. En ese sentido, el desafío fue entrar en un imaginario a través de biografías, de comentarios de gente que la conoció y también de una interpretación de los tiempos. Hay ciertas licencias que el cine permite para mirar el momento de la historia. Y es el trabajo en el que Pablo se concentró.
Jackie no es sólo el debut en lengua inglesa de los hermanos Larraín, sino también su primer trabajo con un equipo internacional y la única película hasta el momento donde la protagonista es una mujer. Una actriz de la talla de Natalie Portman, que nos abre la puerta y nos conduce por su drama; mientras que Larraín cierra la mirada en ella, sin permitir al espectador despegarse de Portman, ni contemplarla en la distancia.
Cuando Pablo Larraín aceptó dirigir Jackie puso una condición: tener a Natalie Portman en el rol principal. "Me dijo: Hacemos esto juntos o nos vamos los dos", señaló la ganadora de un Oscar por Cisne Negro a New York Magazine. Lo que aún no sabía el chileno es que ella ya estaba involucrada en el proyecto.
El guión sobre los días posteriores al magnicidio de JFK cayó en manos de Darren Aronofsky en 2010, cuando dirigía, precisamente, Cisne Nero. En un principio la protagonista iba a ser su mujer, Rachel Weisz, pero tras el divorcio de ellos, Portman se interesó. El 50 aniversario de la muerte del presidente retrasó el proyecto, hasta que Aronofsky encontró a Larraín.
El director de No, El Club y Neruda conoció a Portman en París, donde grabaron la mayor parte del film, permitiéndole a ella estar cerca de casa. Él le propuso eliminar del libreto cada escena que no la incluyera. "Imagino que eso asusta a un actor. Pero al mismo tiempo supone un desafío, y Natalie es una auténtica artista y se arriesga", señaló el chileno, según recoge la revista.
Y Larraín no se equivocó. Acertó en la elección y en su percepción de mujer valiente, y así se lo han hecho saber los críticos. "Jackie es el espectáculo de Natalie Portman", señaló We got this covered. "Nadie será capaz de tocar ese personaje de nuevo. O, al menos, nadie debería hacerlo", publica The globe and mail. “La película sale fortalecida por el complejo trabajo de Natalie Portman, siempre meticulosa en su labor”, dice Variety.
La "emocionante y ambiciosa interpretación de Natalie Portman", como afirma el USA Today, es, en definitiva, su papel "más peligroso", reconoció ella misma en el festival de Venecia, donde se estrenó mundialmente el film. "Todo el mundo sabe cómo hablaba Jacqueline Kennedy, como caminaba. Ella aún está ahí. Todos tienen una idea de ella”, explicó la actriz.
Y no sólo es un personaje tremendamente conocido, sino también muy querido, que llegó, incluso, a eclipsar la figura del propio presidente. En una gira oficial por Europa, el revuelo en torno a ella fue tal que John Kennedy bromeó y dijo: "yo soy el hombre que acompaña a la primera dama".
Pero, pese a la popularidad, poco se sabe de la vida íntima de este ícono de la moda, cuyo estilo e influencia sobrevive hasta hoy. Recelosa de su intimidad, Jacqueline Kennedy se preocupó de mantener a la prensa alejada de su vida familiar y de sus momentos más personales. Y éste, el que aborda Larraín, es uno de ellos.
Convertida en 'viuda de América' a los 34 años, Portman, de 35, admira su actitud estoica y digna. "Entendió que, aunque estaba pasando por algo increíblemente privado, para otras personas significaba mucho cómo ella se presentaba públicamente", señaló en la presentación de la película en el AFI Fest de Los Ángeles.
La actriz, que adoptó el apellido de su abuela para proteger a su familia de los focos, confesó que se sintió atraída por las propias contradicciones de la considerada precursora de la institución de Primera Dama. "Me encantó que se definía a sí misma primero como esposa, pero luego (...) era una mujer dueña de su propia vida", dijo Portman, quien demuestra con gran agilidad en la gran pantalla esa diferencia entre la imagen pública y el carácter privado que pocos conocieron.
Amante de la historia y del glamour, Jacqueline Kennedy redecoró la Casa Blanca nada más llegar y realizó la primera visita guiada para la televisión norteamericana. Esta grabación, muy presente en la obra de Larraín, ha sido "lo único que vi y estudié a conciencia", dice Portman, para prepararse y asumir su rol, consiguiendo una alabada imitación de la inconfundible dicción de la primera dama.
Más allá de este registro, la actriz aseguró que no vio nada de lo que se ha rodado sobre los Kennedy hasta la fecha, ni leyó lo que se ha escrito sobre la esposa de JFK. Ningún libro, dijo, salvo uno.
Cuando aceptó el papel, sus padres le regalaron Un verano especial, una edición limitada escrita por la misma Jacqueline Bouvier (el nombre de soltera de Kennedy) y su hermana Lee durante un viaje a Europa en 1951. Un relato "muy gracioso", señaló a New York Magazine sobre "dos chicas salvajes pasando un buen rato" que le ayudó a entender quién era su personaje antes de convertirse "en un símbolo", dijo Portman, "en un maniquí para mucha gente".
REALIDAD VS PELÍCULA
*Para ver la diferencia entre la vida real de los Kennedy y las escenas de la película, sólo desliza el separador y podrás descubrir la otra imagen.
Foto: Reuters /Trailer oifcial.
Natalie Portman es la última que se ha puesto en el papel de la reina de Camelot, pero desde aquel 22 de noviembre de 1963 se han sucedido otras 'Jackies'. Repasamos aquí las anteriores por orden cronológico.
-Since, dirigido por Andy Warhol en 1966 sobre el asesinato de JFK. Ingrid Superstar interpretó a la Primera Dama.
-Cómete tu maquillaje, dirigido por John Waters en 1968 y con Divine, actor norteamericano y drag queen, en el papel de Jackie.
-Jacqueline Bouvier Kennedy, primer biopic sobre la viuda de JFK dirigido por Steve Gethers en 1981 y protagonizado por Jaclyn Smith.
-Kennedy, miniserie estrenada en 1983 donde Blair Brown era Jacqueline Kennedy Onassis.
-Una mujer llamada Jackie fue una miniserie estrenada en 1991, donde la Primera Dama estuvo interpretada por Sarah Michelle Gellar, en su juventud, y Roma Downey, como adulta.
-Jackie Bouvier Kennedy Onassis, otra teleserie del año 2000, con Joanne Whalley y Emily VanCamp que se repartieron los papeles de adulta y adolescente.
-Las mujeres de Camelot, serie de televisión estrenada en 2001 sobre las esposas de los Kennedy. En el papel de Jackie estuvo Jill Hennessy.
-El príncipe de América, dirigida por Eric Laneuville en 2003, cuenta la historia del hijo de los Kennedy. Su madre estuvo interpretada por Jacqueline Bisset.
-Grey Gardens, sobre la vida de Edith Bouvier Beale y Edith Ewing Bouvier Beale, familiares de Jacqueline Kennedy Onassis, interpretada por Jeanne Tripplehorn en 2009.
-Los Kennedy, miniserie estrenada en 2011 donde la viuda de JFK era Katie Holmes
-Matar a Kennedy, serie de televisión estrenada en 2013, cuando se cumplían 50 años del asesinato, con Ginnifer Goodwin como Jacqueline.
-El mayordomo, película de 2013 centrado en la vida de un empleado de la Casa Blanca que trabajó con seis presidentes, entre ellos Kennedy, donde su esposa estaba interretada por Minka Kelly.
-Parkland, film dirigido por Peter Landesman, sobre el día que mataron a JFK. En el papel de su esposa, Kat Steffens.
Pablo Larraín volverá a la gala de los Premios Oscar por segunda vez, tras estar nominado en 2012 a Mejor Película Extranjera con No.
Pero en esta ocasión corre por más categorías, Jackie es finalista en: Mejor Actriz, por Natalie Portman; Mejor Vestuario, a cargo de la diseñadora Madeline Fontaine, y Mejor Música.
La cinta, aclamada por la crítica a nivel mundial, ya cuenta con un amplio número de reconocimientos y galardones. Aunque hay que reconocer, que conseguir alguna de las estatuillas doradas sería un gran respaldo para afianzar la carrera cinematográfica de Larraín en Hollywood.
Créditos:
Periodista: Carmen Aguilar
Diseño: Camila García (p), Diego Roa (p), Felipe Rojas.
Edición: Paz Fernández