"A mí nunca me interesó la poesía, por eso me hice antipoeta".
Leer esa frase y saber a quién corresponde, pero quizás no conocerlo del todo.
Nicanor Segundo Parra Sandoval, "el antipoeta", primogénito de una de las familias que más le ha entregado a la cultura chilena, nació un 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alinco, cerca de Chillán, en la Región del Biobío.
La modesta familia compuesta por Nicanor Parra, profesor de matemáticas y músico; y Clarisa del Carmen Sandoval, tejedora y modista.
La historia lo acunaría como uno de los integrantes del "Chile, país de poetas". Nicanor, el mayor de 8 hermanos, no sería el único de su familia que terminaría regalando su talento a la literatura y música de nuestro país.
Hilda, Lautaro, Óscar, Elba, Caupolicán, Eduardo "Lalo" y Roberto; de la "Negra Ester" y Violeta; de "Gracias a la vida", fueron los Parra-Sandoval que se criaron con Nicanor y compartieron su infancia vivienda en diversas ciudades del país.
En 1932, el Antipoeta se traslada a Santiago para terminar sus estudios secundarios en el Internado Barros Arana, su esfuerzo lo transformaría en el único de su familia en ingresar a la universidad.
Sería en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile que Nicanor, siguiendo quizás los pasos de su padre, ingresó a estudiar Matemática y Física en 1933. Pero los números y las fórmulas no lo alejarían de otra de sus grandes pasiones: las letras.
Y así, Parra mezcló su carrera con el ambiente literario y cultural que lo rodeaba para terminar construyendo un estilo y lenguaje propio, "con el mínimo de palabras hay que tratar de cubrir el máximo de realidad", explicó una vez.
La especialización de sus estudios en "mecánica avanzada" y "cosmología" lo trasladaron a Estados Unidos (1943) y Gran Bretaña (1949), respectivamente.
Fue en este último país donde la influencia de escritores como Ezra Pound, T.S Eliot Y Franz Kafka, marcan una nueva percepción y construcción del verso.
En 1954 publicó "Poemas y antipoemas", dando inicio a la obra que marcarían su distancia con la literatura rígida y contemporánea, transformándose en ese Nicanor que se homenajea hasta ahora: irónico, coloquial y eterno.
Los años venideros no hicieron más que transformar a Parra en un fecundo literario, publicando "Versos de Salón" (1962), "Canciones Rusas (1967), "Obra Guersa" (1969), "Artefactos" (1972), "Sermones y Prédicas del Cristo del Elqui" (1977), todos reflejos de su modelo antipoético y revolucionario.
"NO HAY QUE PENSAR EN LOS PREMIOS, ESA SERÍA LA IDEA GENERAL MÍA"
Y claro, para Nicanor los jóvenes no debían escribir para los premios, pero estos comenzaron a llegar igual, tanto en Chile como en el extranjero.
El Premio Municipal de Santiago (1938), otorgado por su texto Cancionero sin nombre, se transformó en el primero de casi un centenar que estaría por llegar.
En 1969, es condecorado como hijo ilustre de Chillán y ese mismo año, es momento que la historia comience a escribir por Nicanor su legado en la literatura chilena y latinoamericana, recibiendo el Premio Nacional de Literatura, máxima distinción en el área que se puede conseguir en Chile.
De ahí en más, se le otorgaron diversos títulos universitarios en casas de estudios nacionales (Universidad de Chile Talca, de Concepción, entre otras) e importantes entidades extranjeras (Universidad de Oxford y de Brown), los que se suman al Premio Juan Rulfo en 1991.
Con la llegada del nuevo milenio, obtuvo los premios Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, Bicentenario (a cargo de la Universidad de Chile y la Corporación del Patrimonio Cultural de Chile), ambos en 2001.
Nunca lejos de su estilo, su agradecimiento no es más que el reflejo del sarcasmo transformado en la poesía que este viernes cumple 100 años.
"Antes no sucedían estas cosas. Seguramente lo que más pesó en el ánimo del jurado fueron las razones de orden humanitario. Vengo saliendo por enésima vez del quirófano, ese maldito cáncer a la próstata. To be or not to be, that is the question. Lo recibo con una lágrima en los anteojos, aleluya. No me pellizco para no despertar", diría tras conocerse el galardón.
La máxima coronación internacional fue entregada en 2011, cuando el Príncipe de Asturias, Felipe Borbón, le entregó el Premio Cervantes al nieto del poeta, Cristóbal Ugarte, quien asistió en representación de su abuelo.
"En estos momentos y a la distancia mi abuelo se formula la siguiente pregunta: ¿se considera usted acreedor del Premio Cervantes? Claro que sí, por un libro que estoy por escribir", señaló en su discurso Cristóbal.
Nieto de Nicanor Parra cautiva con discurso
Nieto de Nicanor Parra cautiva con discurso
Cristóbal Ugarte fue el encargado de recibir en nombre de su abuelo el premio Cervantes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
LA DEUDA DE UN NOBEL QUE AÚN NO LLEGA
El Nobel de Literatura es el único premio que le resta por conseguir y del cual ha sido nominado en cuatro oportunidades:
Presentado por la Universidad de Nueva York (1995), por la Universidad de Concepción (1997), por Machitún-2000, las universidades del Consejo de Rectores, Complutense de Madrid y de Valencia (2001) y la reciente postulación efectuada por Michelle Bachelet en 2012, mediante una carta.
"Me gustaría decir que tras el último de ellos, el Cervantes, son muchos los lectores y amantes de la literatura y poesía que esperan para este hombre universal, creador de versos universales y de una poesía que sigue viva y vigente como él, el homenaje del Premio Nobel de Literatura", sentenció la mandataria en la misiva.
100 años de historia, 100 años de letras, 100 años de antipoemas entregadas a una sociedad que ha vibrado con Nicanor Parra y su visión del mundo.
"Usted se siente un genio?" le preguntaron cuando cumplió los 90 años.
"Yo sé contestar esa pregunta, me la han hecho más de una vez. La respuesta es... yo me considero un hombre del montón. Alguien que pretendió hacer algo de la nada", respondió.
Foto: Museo de la Memoria