Recientemente el Senado de Estados Unidos acusó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de haber realizado torturas "brutales e inefectivas". En un informe elaborado por la Comisión de Inteligencia del Senado, se acusa a la agencia de haber llevado a cabo torturas masivas tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.
Sebastián Dubé, experto en relaciones internacionales y director de la carrera de Bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, afirmó que existen dos visiones en Estados Unidos respecto a este conflicto. "La postura demócrata está muy ligada a los derechos humanos, en cambio la republicana, asegura que el país no puede darse el lujo de seducir a la población, ya que hay que respaldar la seguridad nacional".
Boris Yopo, analista internacional de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE), aseguró que este no es un tema nuevo, ya que el ex presidente George Bush en el año 2002 ya tenía información sobre las torturas. "El informe legitima algo que se venía conversando en círculos académicos y políticos, pero que nunca se había explicitado abiertamente", sostuvo.
Walter Sánchez, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (IEI), explicó que "lo que le interesaba al Senado era, de alguna manera, organizar todo el sistema de inteligencia de los Estados Unidos, el cual venía pasando de una crisis a otra y que no alcanzó a prever el atentado de las Torres Gemelas. Esto ha sido un gran logro en cuanto a transparencia".
Anthony Pezzola, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, aseguró que las torturas de la CIA "nacieron porque 11 de septiembre generó un miedo increíble dentro del pueblo estadounidense. Estados Unidos tenía inteligencia electrónica, pero no inteligencia humana, por lo cual no pudo estar preparado para el ataque".