La pasada semana, el noticiario 24 Horas Central contó la historia de Ernesto Lejderman, un hombre que a la edad de 2 años fue separado de sus padres, que murieron acribillados en el Valle del Elqui al comienzo de la dictadura.
Hoy, a cuarenta años del golpe militar, Lejderman se encontró por primera vez con el militar que lo entregó, siendo un infante, a un convento por órdenes de sus superiores. Ese funcionario es el ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre.
En el programa "El Informante" de TVN, Lejderman relató los últimos momentos de sus padres y explicó cómo escaparon de la dictadura militar.
"Estoy aquí por la memoria de mi papá (Bernardo Lejderman) y mi mamá (María Avalos). Estoy aquí por su memoria, porque sigo planteando que tiene que haber justicia, todavía no la hay. No le deseo ni a Cheyre ni a ningún militar genocida ni a nadie lo que mis padres vivieron, tampoco lo que viví yo al tener que presenciar el crimen de mi papá y mi mamá", dijo Ernesto Lejderman en el comienzo de la conversación.
Acto seguido, Lejderman le enrostró a Cheyre que no accedió a reunirse con él en 2004.
"En 2004 le emití una carta pública a Emilio Cheyre para que dijera lo que sabía, él era ayudante del jefe del Regimiento Arica, le planteó por qué no cuenta a la justicia y a la sociedad chilena todo lo que pasó. Recién en 2009 cuando termina el juicio accede a una reunión, pero yo creo que el señor Cheyre está dando la cara porque la sociedad chilena está pidiendo una respuesta, no sólo yo", indicó.
"Hay un asunto humano, de pena, de dolor causado que me hace estar aquí, Nunca rehuí ningún contacto ni dar la cara ante nadie. No estoy aquí porque lo demanda la sociedad", respondió el militar en retiro, que siempre defendió que no supo hasta muchos años después que la primera versión de la muerte del matrimonio -suicidio con una granada- era falso.
"COMPROMISO CON LA VERDAD"
Lejderman aclaró, además, que no busca venganza y no tiene odio frente a quienes cometieron el crimen, sino que busca justicia por lo ocurrido a sus padres y a miles detenidos desaparecidos.
Ante esto, Juan Emilio Cheyre, actual director del Servicio Electoral (Servel), afirmó que "para cerrar las heridas no se puede olvidar, se debe profundizar en la verdad, y ese dolor que él sintió (Lejderman), es necesario no olvidarlo sino que construir futuro".
Pero Lejderman no se quedó ahí e indicó que el ex mandamás del Ejército debe ayudar para que se encuentre la verdad sobre lo ocurrido con sus progenitores.
"En este caso hay dos grandes mentiras, mis padres tuvieron dos certificados de defunción diferentes, uno de ellos afirmaba que ellos habían muerto en un enfrentamiento. Ahora Cheyre afirma que está por la verdad, pero no sé por qué en esa época no contó lo que realmente pasó con mis padres", afirmó Lejderman.
En respuesta, el ex comandante afirmó que siempre mantuvo un "compromiso con la verdad".
"Cuando asumí como comandante en jefe, sobre todo los casos (de DD.HH.) de los que tenía información la entregué (...) Nosotros entregamos datos sobre miles de casos y reconocimos la responsabilidad del Ejército en esos casos, ese es un dolor que parte el alma para un militar", agregó Cheyre.
Ernesto Lejderman llamó a que el ex militar rompa los "pactos de silencio" sobre la ubicación de detenidos desaparecidos.
"Lo invito a que rompa los pactos de silencio y cuente donde están los cuerpos de los detenidos desaparecidos (DD.DD), qué pasó con mi papá y mi mamá. Lo invitó a que le dé contenido a sus palabras", señaló.
Ante este emplazamiento, Cheyre afirmó desconocer esa información, señalando que "no puedo aportar más porque no sé más".
En el programa, Cheyre afirmó que sólo en 1998 leyó el informe Rettig, el que fue elaborado en 1991 para recabar las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la dictadura que gobernó Chile entre 1973 y 1990.