En la declaración entregada el 3 de noviembre al fiscal Carlos Gajardo, el excandidato de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Laurence Golborne, reconoció que recibió $120 millones del Grupo Penta a través de boletas falsas, algunas mientras ya no era candidato.
En la declaración que reproduce el portal ElMostrador.cl, Golborne dijo que conoció a Carlos Alberto Délano -uno de los controladores del holding- cuando ambos eran directores de Icare, por lo que cuando necesitó dinero para su campaña recurrió a él porque "habíamos desarrollado una buena relación y teníamos similitudes en nuestra visión de país".
"Me pareció que era una persona que podía aportar porque tenía patrimonio, liquidez (venta de Cuprum)", dijo el exministro de Minería.
"Délano me había dicho que no podía perder el capital político que había construido y que mi historia de vida tenía un tremendo potencial (...) fui a hablar a fines de noviembre y le conté en lo que estaba. Le dije que debía trabajar en esto de manera profesional, que he estado trabajando (…) y ayudando a definir el posicionamiento de mi candidatura. Le pregunté si me podía ayudar y me dijo que sí me podía ayudar, que era importante este tipo de apoyos. Solo estábamos los dos en esa reunión”", agregó.
De esta forma, esta ayuda se concretó con seis facturas emitidas de Vox Comunicaciones -del cual es socio- a Penta, de $20 millones cada una para pagar el trabajo de comunicaciones a la campaña de Golborne.
"A los días Gabriele Lothholz (su exsocia en Vox Comunicaciones) me dijo que había que facturar, le pedí una segunda reunión a Carlos Délano y le dije que ya necesitaba los recursos para apagar esta asesoría (comprometida). Le hablé de 20 millones de pesos por seis meses", indicó.
Ahí, según su testimonio, entra su relación con Hugo Bravo, exejecutivo de Penta que ha colaborado con la investigación entregando antecedentes sobre las supuestas prácticas del holding para financiar campañas electorales.
"Me dijo (Délano) que hablara con su gerente Hugo Bravo. Su oficina estaba al lado y me lo presentaron. Le expliqué la situación a Bravo en su oficina y en no más de cinco minutos, yo ni siquiera me senté, me dijo que le facturara a él y me dio los datos de la empresa a la que había que facturar, que fueron Penta S.A. y Penta III, dándome los datos de facturación. No me indicó nada respecto a la glosa. Yo le dije a Gabriele (Lothholz) que facturara por asesoría (a Penta). Días después yo fui donde Lothholz y le dije que había que facturar a esas empresas por 20 millones mensuales”, relató.
"No hubo ningún servicio que yo supiera que Vox le hubiera hecho a Penta y a Penta III”, remarcó.
Al tiempo, Golborne bajó su candidatura, pero el dinero se continuó pagando para totalizar los $120 millones de pesos.
"Fui en mayo a darle el agradecimiento a Carlos Alberto Délano a su oficina de El Bosque Norte”, señaló Golborne.
La mencionada Gabriele Lothholz agregó que "en una conversación, a fines de diciembre, Laurence me dice que tiene una empresa que lo apoya y que va a asumir el costo de este trabajo y me pidió que la factura la hiciera a nombre de Empresas Penta (…) esto fue una excepción, pues no tuve ningún contacto con Penta y ellos no fueron mis clientes ni tuvimos ningún servicio que le prestara a Penta".
Lothholz agregó que se encargó de la mayor parte del trabajo para convertir a Laurence Golborne "en una marca", pero que también participó el periodista y gerente de Comunicaciones de Vox, Matías Aylwin, y jefa de Análisis de Vox y hoy funcionaria de Metro, Bárbara Maier.
Golborne aprovechó de aclarar que "no existe una ley de financiamiento en las primarias, solo un reembolso por votos recibidos cercano a los $400 por voto, ante esta situación decidí asumir personalmente parte del costo, pero el resto debía buscar la forma de financiarlo. Gabriele (Gabriele Lothholz, su ex socia en Vox Comunicaciones) partió trabajando y le dije que ya vería cómo pagarle”.
Golborne, además, detalló que en Chile "no existe una ley de financiamiento en las primarias, solo un reembolso por votos recibidos cercano a los $400 por voto, ante esta situación decidí asumir personalmente parte del costo, pero el resto debía buscar la forma de financiarlo. Gabriele (Lothholz) partió trabajando y le dije que ya vería cómo pagarle”