"Que nadie se ofenda, ni mi amigo Gustavo Villalobos (director de la ANI) ni Ricardo Lagos, pero la ANI es un lugar para leer diarios. No digo que la información abierta no sea importante, sólo que no es suficiente".
Así de enfático es el diputado Marcelo Schilling (PS) al analizar la situación actual de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), que ha sido puesta en duda en las últimas semanas tras la serie de atentados que se han registrado en Chile.
Schilling encabezó "La Oficina" en 1991 y 1992, organismo encargado de desarticular el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y el Lautaro, grupos que seguían operando en democracia y que incluso -el primero- asesinó al senador Jaime Guzmán (UDI).
Recordando esa experiencia, el diputado socialista aclaró en entrevista con La Tercera que "no es suficiente" reformar la Ley Antiterrorista y de Inteligencia, como anunció el Gobierno.
"Tienes que tomar medidas legislativas, modificaciones institucionales, pero también aprender en qué consiste el fenómeno de la colocación de bombas, que es el tipo de atentado del cual hablamos hoy día. No hay secuestros, asesinatos selectivos, sino que hablamos de otro método. Si no descubres su razón de ser, se hace más difícil aislarlos política y socialmente, que es la medida fundamental. El establishment somos todos: gobierno y oposición. Ahora que el PC está dentro del gobierno hay un rechazo más radical", expresó.
Consultado si "La Oficina" sería el modelo de agencia al que se debe aspirar, el dirigente señaló que "no sé si el ideal, porque fue una respuesta de emergencia a una situación extraordinaria. El tema de la violencia política se había convertido en una amenaza para la transición democrática".
Frente a las "experiencias traumáticas del pasado" -a las que hace alusión La Moneda al hablar de organismos de inteligencia-, Schilling marcó diferencias entre "La Oficina" y la DINA o la CNI, creados en dictadura.
"¿Qué eran la CNI y la Dina? Eran unos matoncitos, no comparemos la verdadera inteligencia con esos huevones. A mí me detuvieron en 1985. Me hicieron contarles toda mi vida hasta el 73. Yo había estado en el GAP (Grupo de Amigos del Presidente) y me lo callé. No pasó nada, los huevones no tenían idea. Eran brutos. De inteligencia, nada. Hay un libro llamado La inteligencia militar. ¿Lo han leído? Está en blanco", sentenció.