En la comuna de Providencia, las Torres de Carlos Antúnez se elevan hacia el cielo destacando como una de las construcciones emblemáticas de ese tradicional barrio de la ciudad.
Hace tres meses, en una de las torres, las aguas servidas se mezclaron con las potables, y ante el desconocimiento de los vecinos, muchos utilizaron el agua sin percatarse que estaba contaminada con fecas humanas.
El incidente ocasionó en algunos habitantes problemas de salud, y en todos, malestar ante la negligencia de la administración.
Es el cara y sello de las torres, las que emplazadas en una de las comunas con mayores recursos, no registran condiciones óptimas para su funcionamiento.
El grave problema sanitario dejó al descubierto una realidad que es mucho más cruda que el problema sanitario detectado. Según la alcaldesa de Providencia, Josefa Errazuriz, se pudo constatar la existencia de "pobreza encubierta" dentro de las paredes de las torres.
Según datos de la municipalidad, en las dos torres viven cerca de 3 mil personas en 330 departamentos. Los estimados indican la presencia de 414 inquilinos que cuentan con ficha de protección social y, 39 familias pertenecientes al quintil más bajo.