"Lo primero que debo indicar es que todas las declaraciones dadas en la Segunda Fiscalía Militar, son todas mentiras, porque me obligaron a aprenderme esas declaraciones".

Así comienza la declaración que el 14 de noviembre de 2014 entregó el ex conscripto Fernando Guzmán, para desmentir la versión que, hasta el momento, sostenían los militares involucrados en el caso Quemados.

En el documento judicial, el testigo señala que el 2 de julio de 1986 cumplía labores de patrullaje como radio-operador en el sector de General Velásquez, en la comuna de Estación Central, junto a su escuadra, la unidad cobra UFA del Regimiento Libertadores, compuesta por 10 soldados, aproximadamente.

En ese contexto, "me pude percatar que al momento del desembarco, en el lugar habían dos camionetas, una blanca a cargo del teniente Castañer, y la otra celeste a cargo del teniente Fernández, y a la vez, vi dos personas detenidas que estaban cerca de una muralla, el hombre tendido sobre el suelo y la mujer mirando hacia la pared".

Agrega que "el teniente Castañer (...) ordenó rociarlos con combustible que estaba en un bidón, a la mujer la roció desde la cabeza a los pies y al hombre por la espalda, ya que estaba de boca al suelo".

Según la declaración de Guzman, Castañer amenazaba con un encender e insultaba a ambos jóvenes. "El fuego lo inició el teniente Castañer con el encendedor", aseguró el ex conscripto.

"Cuando estaban en el suelo, escuché que el teniente Castañer le decía a Fernández que lo mejor era matarlos, pero este último dijo que no, porque el era católico", indicó.

FUERTE ARTEAGA

De acuerdo a los dichos de Guzmán, 15 días después del ataque "fuimos trasladados hasta el Fuerte Arteaga en Colina, en donde nos dieron instrucciones con respecto a lo que debíamos declarar, nos indicaron que debíamos aprender unas declaraciones que ya estaban confeccionadas".

Además, "se fabricaron unas maquetas del lugar donde ocurrieron los hechos, para poder aprendernos de mejor forma nuestras versiones".

Los militares no sólo les habrían obligado a aprender qué decir al momento de que les tomarán declaraciones, sino que también cómo reaccionar al encontrarse con la única sobreviviente: Carmen Gloria Quintana.

"Nos instruyeron que cuando estuviéramos frente a ella (Quintana), teníamos que intimidarla con la mirada, y si veíamos que alguno de nosotros estaba nervioso, uno de los extremos tenía que fingir un desmayo (...) con la finalidad de ocultar lo que realmente había acaecido aquella mañana", explicó.

BOMBA BIC

Respecto a la teoría de la época, en que se señaló que Rojas De Negri podría haber portado un elemento incendiario, Guzmán aseveró que fue un montaje del Ejército.

"Quiero señalar que lo de la bomba BIC es totalmente mentira, ya que nunca fueron incautadas a Rodrigo Rojas, ya que nunca las portó entre sus ropas, si no que fue un invento del Ejército para poder justificar dicho actuar", reveló.

Sobre este mismo punto agregó que los encuentros en el Fuerte Arteaga tuvieron como fin principal "preparar la mentira de la bomba BIC, que se utilizó como justificación para explicar que los muchachos se habían quemado con bencina".

El ex conscripto precisó que en el Fuerte Arteaga "se preparó una maqueta y se realizaron pruebas con la bomba BIC, una tras otra, hasta que se logró el objetivo (...) indicar que el fuego se produjo por la existencia de la bomba BIC que portaban los muchachos".

Foto: Reproducción TVN