Decenas de mineros protestan a 300 metros bajo tierra en el yacimiento Santa Ana de Curanilahue. Esta es la segunda vez en que los trabajadores se adentran en las profundidades de la mina exponiendo sus vidas para exigir que las autoridades den solución a sus demandas, según ellos, incumplidas.
Todo esto mientras Sernageomin determinó que la mina es altamente insegura por la falta de mantención y fortificación, pero sobre todo por los altos niveles de gases nocivos en su interior y la falta de oxígeno.
Acusan que el Gobierno no ha cumplido con el acuerdo firmado en 2014.