Este martes se conoció la condena en contra del sacerdote de los Legionarios de Cristo, John O'Reilly quien deberá cumplir una condena de cuatro y un día de libertad vigilada por el abuso sexual de una niña perteneciente al Colegio Cumbres.
Quien lideró esta investigación fue la fiscal Lorena Parra quien fue categórica al afirmar que el establecimiento "no colaboró con la investigación" e incluso le negaron la entrada en el momento en que realizaba las indagaciones del caso.
La persecutora aclaró que "nosotros somos fiscales titulares y entendemos que el colegio no colaboró con la investigación".
Asimismo añadió que "una vez cerca del juicio se pidió la autorización para ingresar al colegio, que fue confirmada y después, a través de un correo electrónico el dia anterior (a la visita) se nos negó la autorización. Es no es colaborar con esta investigación que culminó con la sentencia".
En esta misma línea enfatizó que "lo que podemos decir es que el Ministerio Público investigó de manera autónoma, no hubo presiones, fue un trabajo serio y complejo por la naturaleza del hecho. En definitiva, tuvimos que pedir medidas de protección para algunas personas en el juicio".
Además, confirmó que el establecimiento educacional no mantuvo el anonimato de los denunciantes: "entiendo que el colegio nunca mantuvo el anonimato de los padres de los menores".
asimismo confirmó que las familias que realizaron la denuncia sufrieron presiones sociales, "sufrieron en esos términos las familias. Pero una vez iniciada la investigación y las niñas en un nuevo colegio, trataron de rehacer sus vidas".
LIBERTAD VIGILADA
Sobre el beneficio que obtuvo John O'Reilly tras ser leída la condena, la fiscal Parra dijo que "hay que ver como se concede la libertad vigilada, que tiene un riguroso control y si es que no se cumple se va informado e incluso se podría revocar el beneficio. Además de la pena principal, se le ha condenado a penas accesorias, sobretodo, por la calidad del imputado".