En San Antonio, Texas, existe una de las bases militares más importantes de Estados Unidos. Hasta ese lugar llegó la Fuerza Aérea de Chile (Fach) para realizar ejercicios de guerra con la Guarda Nacional de dicho estado, con el fin de poner a prueba en combates simulados los últimos F-16 que compró nuestro país.
La idea fue medir a los tres aviones que viajaron desde la base aérea de Iquique a la Guardia Nacional de Texas para que pilotos de la Fach pudieran medirse y entrenarse con sus pares estadounidenses que están a primer nivel mundial.
Según explicó la Fuerza Aérea de Chile, estos tipos de ejercicios también sirven para evitar accidentes y proporcionar conocimiento técnico para mantener aparatos excepcionales, pero perceptibles.
El viaje hasta Estados Unidos se convirtió en el más largo que han hecho estos F-16 con una duración de nueve horas. Durante su ejecución debió ser asistido por dos aviones tanqueros que los reabastecieron de combustible en una operación altamente compleja.