Un innovador sistema electrónico de asistencia se implementa en el colegio IDOP de La Cisterna. Se autodenominan un recinto 2.0. Y es que los alumnos deben marcar su ingreso y salida con una moderna tarjeta. En el casino funciona algo parecido. El menú que escogen los niños también es informado a los padres.
"La interacción con los chicos es mucho mayor que en años anteriores. Al principio, uno empieza a implementar más tecnología y los chicos están viendo cosas nuevas, innovadoras. Eso los hace querer participar en clase", aseguró Felipe Yáñez, profesor de inglés del colegio.
Las puertas cuentan con un sistema de reconocimiento facial y dactilar, las pizarras son interactivas y los lápices son digitales. Internet llega por fibra óptica con una velocidad nunca antes vista en un colegio de Chile. Desde Corea, este año se estrenaron estas tecleras para utilizar en pruebas y ejercicios.
Cada alumno tiene un computador y las materias están digitalizadas. Y aunque este es sólo es un plan piloto que opera desde el año pasado con la cooperación de Movistar, la tecnología parece estar dando frutos. En los cursos de séptimo básico, por ejemplo, los promedios han aumentado 8 décimas desde la implementación de las pizarras y tecleras electrónicas.
"La tecnología por si mismo no vale de nada. Lo que vale es que podamos ponerla al servicio y disposición de la educación y que suceda una mejora real", Claudio Muñoz, presidente Telefónica Chile.
La idea es replicar este modelo en otros colegios municipales y subvencionados. Mientras tanto, la meta de este recinto en La Cisterna es comprobar en las próximas pruebas Simce que la innovación, la tecnología y la educación pueden dar buenos resultados.