Una arriesgada acción realizó un joven en su visita a El Cairo, capital de Egipto.
El individuo decidió ir en contra de las leyes vigentes en el país africano y escaló la pirámide de Keops, con el fin de captar una impresionante panorámica de todo el desierto con la arquitectura que data desde la antigüedad.
La osadía demoró sólo ocho minutos para poder llegar a la cúspide de una de las siete maravillas del mundo.
No obstante, al momento de regresar a la base, el joven fue detenido por las autoridades.
Si bien fue interrogado y acusado de causar un posible daño a las esfinges, el protagonista dijo que el esfuerzo y el riesgo tomado "valió la pena".