Honduras apartó de sus cargos a más de la mitad de la cúpula policial en un agresivo plan para depurar el cuerpo de seguridad infiltrado por el crimen organizado, anunciaron este viernes las autoridades.
El presidente Juan Orlando Hernández está bajo presión para limpiar la policía después de que el diario New York Times publicara este mes documentos que apuntan a que altos mandos de la fuerza orquestaron el asesinato del zar antidrogas hondureño Arístides González en 2009, por orden de un narcotraficante.
La Comisión Especial para el Proceso de Depuración y Transformación de la Policía Nacional, creada por el gobierno este mes, anunció la remoción de 27 de los 47 comisionados activos por diversos casos, incluyendo cuatro directamente acusados de participar en la muerte de González.
"Este es un paso en la reestructuración y depuración en busca de tener una policía limpia y alejada de cualquier forma del crimen organizado. Una nueva Policía Nacional tal como nuestro país lo requiere", dijo Omar Rivera, uno de los miembros de la Comisión Especial, a periodistas.
Otro comisionado fue suspendido días antes como parte de la investigación que adelanta la fiscalía por el homicidio de González, quien se desempeñaba como jefe de la Dirección Nacional de Lucha Contra el Narcotráfico (DCLN) cuando fue atacado a tiros en Tegucigalpa.
Además, cuatro comisionados pasaron a retiro voluntario, con lo que se producirá un inédito relevo en los altos mandos de un organismo históricamente acusado de tener lazos con carteles del narcotráfico y pandillas criminales.
Este es el quinto lan en dos décadas para depurar la policía, conformada por 12.000 efectivos que son percibidos por la población como parte del problema de la inseguridad y la impunidad que aflige a la empobrecida nación centroamericana.
Desde que llegó al poder en 2014, Hernández, un abogado derechista de 47 años, impulsa un plan para militarizar la seguridad pública que le ha permitido reducir las tasas de homicidios, pese a las críticas de opositores y activistas por algunos casos de abusos a los derechos humanos.
No obstante, Honduras sigue siendo uno de los países más violentos del mundo por su lugar estratégico en las rutas del narcotráfico, un ingrediente clave en el éxodo masivo de emigrantes que cada año tratan de llegar ilegalmente a Estados Unidos huyendo de la pobreza.
Fuente y foto: Reuters.