Una impresionante cadena humana se formó en Cataluña a las 17.14 exactas, reuniendo a centenares de miles de personas a lo largo de 400 km de norte a sur de esta región nororiental española para reclamar un referéndum de autodeterminación.
A esa hora exacta, se dieron la mano miles de personas, muchas de ellas, envueltas en "esteladas", la bandera independentistas a rayas rojas y amarillas con una estrella blanco sobre un triángulo azul en un lado, o vistiendo camisetas amarillas con la inscripción "Vía Catalana hacia la Independencia", como se ha denominado a esta cadena.
Todo se ha hecho con un gran sentido simbólico, a las 17.14 porque recuerda el año 1714 que marca la toma de Barcelona por las tropas franco-españolas tras la Guerra de Sucesión española, que supuso una reducción de la autonomía catalana.
A la hora señalada, todos los participantes en la cadena se dieron la mano gritando "¡Independencia!".
Lo mismo se pedía en la Plaza de España de Barcelona, donde sobre la hierba del lugar se ha escrito "We want independence" (queremos independencia, en inglés), un mensaje que también se puede leer desde el cielo.
En Riudellots de la Selva, unos 90 km al noroeste de Barcelona, se desplegó una gigantesca bandera catalana en un campo anexo a la carretera nacional por donde trascurría la Vía y en Alcanar, en el extremo sur, los congregados dieron la mano a los valencianos reunidos en Vinaròs.
La cadena quiere llamar la atención internacional y para ello, atraviesa algunos lugares muy conocidos como la basílica de la Sagrada Familia de Gaudí o el estadio Camp Nou del Barcelona.
"A pesar de los intentos del gobierno de ir contra la voluntad del pueblo, queremos demostrar que vamos a conseguir independancia de manera pacífica", afirma Albert Garcia, un médico de 60 años, que ondea una gran estelada.
"Y queremos el reconocimiento de toda Europa y del resto del mundo", añade Fina Agullo, una comercial de 65 años.
En el Camp Nou, la motivación es la misma y el deseo es el mismo.
"La consulta no se puede retrasar. El sentimiento ahora es muy fuerte y no es bueno alargar el proceso. Estamos en democracia, tenemos que tirar para adelante", afirma Arnau Ivern, un estudiante de físicas de 18 años.